La cruz de El Dorado | César Mallorquí




La cruz de El Dorado es una historia de César Mallorquí, ambientada a finales del siglo XIX y a principios del XX. Esta historia narra las aventuras de un niño de 14 años, llamado Jaime Mercader.

La historia comienza en Madrid, España. Donde el padre de Jaime es un estafadpr de primera que termina involucrado en una estafa de gran escala, en la que intenta convencer a un marqués de le vendía unas tierras que en realidad no existen.

El marqués termina por darse cuenta de la estafa, por lo que Jaime y su padre se ven obligados a huir lejos del país, cruzando el Atlántico hasta llegar a Colombia en un barco llamado Covadonga. Durante el viaje se instalaron en la clase más baja, para así no gastar más de la cuenta, ya que su padre había invertido todo en la estafa.

Los problemas aparecen cuando el viaje se trunca. Ya que una tormenta surgió justo cuando se disponían a llegar a la costa, y el barco naufragó a escasos metros de su destino. Jaime, en el auga, vio a un árabe que no sabía nadar, uno con el que se había tropezado ya alguna vez en el barco, y que chapoteaba hundiéndose cada vez más. Jaime nadó hacia él y consiguió llevarlo hasta la costa. Ya en tierra firme se dio cuenta de que su padre no había salido del barco, por lo que quedó junto al árabe que había salvado, Rasul.

Tras el mal trago, ambos decidieron comenzar a trabajar. Se dirigieron a Barranquilla, donde Jaime comenzó a trabajar de "chico para todo" en el Salón Bombay, en el cual la dueña era una vieja amiga del padre de Jaime. Cuando descubrió que sus beneficios no eran muy cuantiosos, convenció a doña Caridad, la dueña, para ponerse a trabajar como crupier. Construyó una ruleta y puso una lámpara encima para iluminar, algo que no le salió muy rentable, por lo que terminó por construir unos mecanimos dentro de la ruleta para usarla a su antojo.

El problema es que tenía tan mala suerte, que justo el día en que más dinero ganaba, la lámpara cayó encima de la ruleta y todos los presentes vieron el mecanismo que Jaime había preparado. Y se vio envuelto en un tumulto de gente deseosa de matarlo, hasta que Rasul apareció para salvarle.

Tras lo ocurrido no les quedó de otra que irse a otro lugar. Su siguiente parada fue Cartagena, donde se pusieron a trabajar en el bar de un griego llamado Zolotas. En él, Jaime hace un trato con  el dueño, en el que Jaime le da un porcentaje del dinero que gane como tahúr a cambio de que le deje trabajar allí.

Un día, Jaime estaba desplumando a todo aquel se atrevía a retarle, hasta que un anciano, llamado Tadeo Guevara o Tadeo, El loco, se le acercó y le preguntó si podía jugar. Jaime digo que sí, si tenía dinero para apostar, pero el anciano le dijo que sólo tenía una vieja Biblia. Jaime terminó aceptando, lo que le llevó a quedarse con la Biblia, puesto que el anciano apenas sabía jugar.

El anciano antes de marcharse le habló sobre una cruz, algo a lo que Jaime no le dio importancia, puesto que terminó por regalarle la Biblia a Zolotas.

Un día, tras un largo tiempo, Jaime fue a preguntar al cura de Cartagena sobre la historia de la Cruz de El Dorado. Este le contó que la cruz era una cruz de oro y esmeraldas de un gran tamaño y que fue mandada a construir por el expedicionario Iñigo de Saavedra. Es por eso que fue junto a Zolotas para recuperar la Biblia. Una vez en su poder, comenzó a escudriñarla y a buscar en San Marcos como le había dicho el anciano.

Tras cavilar decidió dirigirse a la casa de Tadeo y buscar un cuadro de la virgen. Se acercó tras encontrarlo y observó que había grabado en él un mapa que recorría selvas y montes, hasta llegar a un pueblo llamado Uiraracu, donde se localizaba la cruz.

Tras memorizar el mapa, se dispuso a romperlo, pero justo entonces aparece la supuesta nieta del anciano, Tadeo Guevara. Que tras haberse enterado de la muerte de su abuelo se dirigió hacia allí, para preguntar por una Biblia, de la que Jaime dijo no saber nada. Pero ella insistió en que sabía que era él el que la tenía, hasta que Jaime no tuvo más remedio que acceder y aceptar que emprendiesen juntos la expedición.

Rasoul tras informarse de lo ocurrido acepta ir aunque con alguna pega. Contrataron un barco y prepararon lo necesario para empreder el viaje, hasta que un tal Tobias Welser, el causante del naufragio del Covadonga o eso aseguraban, se había enterado de la expedición y decidió quedarse con el tesoro.

Obligó a Jaime a que le diese el mapara pero Rasul metió a Tobias y a sus matones en un habitáculo. Por lo que Rasul, Jaime y Antonia (la nieta del anciano), un guía y dos hombres fornidos fueron los que se embarcaron en la búsqueda de la cruz de El Dorado.



Esta es una novela de aventuras que abarca desde el año 1900 al 1903. La mayor parte de los sucesos vienen acompañados por fechas precisas.

En cuánto a la narración su ritmo es rápido, ya que consigue ambientar las escenas usando muy pocos detalles.

Se usa el humor y la ironía. Además de que el libro está escrito en primera persona, lo que hace que el lenguaje de la narración sea el propio de un muchacho de la edad y el talante de Jaime Mercader. En algunos apartados el estilo se vuelve más literario y poético. Lo más interesante son los datos documentales que el autor introduce siempre a propósito de la historia y nunca como un paréntisis añadido.

- Personajes:
  • Jaime Mercader. Es un muchacho que se presenta a sí mismo al comienzo de la novela como un antihéroe. Es imprudente y codicioso, con un carácter noble que termina por redimirlo al desenlace de la novela. Su apodo, Pequeño Jim, e incluso su nombre pueden no ser casuales, pues existe cierto paralelismo entre Jaime Mercader y el protagonista de La isla del Tesoro. 
  • Fernando Mercader. Padre de Jaime. Pícaro que sobrevive trasgrediendo la ley, aunque tiene ciertas cualidades positivas como que es agradable, jovial, cariñoso y atento con su hijo. Además posee sentido de la justicia social. Se puede destacar de él cuidado que pone en la educación de Jaime. 
  • Rasul Alí Akbar. Es el compañero de aventuras sirio de Jaime desde que éste le salvó la vida. Infunde temor y es el leal guardián de Jaime.
  • Antonia Guevara. Supuesta nieta de Tadeo Guevara. Es una chica de 23 años, ambiciosa e irritante, aunque también valiente y buena compañera. Su verdadero apellido era Saavedra y según ella, desciendee directamente del conquistador español que hizo forjar la cruz de El Dorado.

La cruz de El Dorado es una novela entreteniada, que contiene todo lo necesario para pertenecer al subgénero de aventuras. Contiene un estilo sencillo, pero cuidado. Mantiene el equilibrio entre lo coloquial y lo culto, entre lo negativo y lo positivo de los personjes. Es educativo, puesto que abarca temas como la ambición, la codicia, el riesgo, la imprudencia juvenil, el poder del odio, la venganza y el cruce de culturas: América, Europa y Oriente. También cabe mencionar el antiheroísmo el protagonista, la lealtad y la amistad y la picaresca como medio para supervivencia.

Share:

0 comentarios